Querida Juana:
Aunque ya no estás entre nosotros, y tu estancia en Los Maizales no ha sido larga, has dejado una huella muy grande en esta casa.
Todos tus compañeros te recuerdan con un enorme cariño. Ese acento extremeño tan característico y tu manera de reír hace que sean pocos los que no se acuerden de ti. Eras muy trabajadora y aunque tus ojos no te permitían hacer todo lo que tú querías, siempre procurabas hacer las actividades lo mejor que podías.
Tu hijo, y su familia, siempre han estado a tu lado hasta el último momento. Y en agradecimiento a la atención y al afecto que te hemos dado durante estos meses, nos han regalado esta placa que vamos a guardar con un especial cariño.
Un fuerte abrazo a toda la familia de Juana Gil.
«La gratitud da sentido a nuestro pasado,trae paz al presente y crea una visión para el mañana»