Desde hace algunos meses, contamos con dos miembros felinos en la residencia Los Maizales. Les hemos puesto hasta nombre: Sally y Chiva. ¡Nuestros residentes están encantados con ellas!
El tener a estos dos animales en la residencia ha llamado la atención de nuestros abuelos, despertando ese instinto de cuidado que lo tenían un poco olvidado.
Desde hace unos años, se está trabajando mucho en las llamadas “terapias asistidas con animales” (perros, gatos, caballos, delfines…). Pero esto no es algo nuevo….Históricamente los animales han formado parte de programas terapéuticos. Los griegos, ya daban paseos a caballo como parte de las terapias para aumentar la autoestima de las personas que padecían enfermedades incurables. Los egipcios, atribuían a los animales la capacidad de curar diferentes dolencias. Hipócrates, médico griego, consideraba que la actividad con caballos era “muy relajante” para sus pacientes…
Los beneficios de tener un gato son muchos: compañía, diversión, tema de conversación. Además, se han estudiado otros muchos beneficios, tanto médicos como psicológicos:
– La terapia asistida con gatos potencia el sentimiento de empatía y suele ser muy útil en personas con problemas mentales.
– Acariciar a un gato, hablarle o leer en su presencia disminuye la presión arterial.
– El contacto físico es muy importante para desarrollar la salud mental y fomentar el crecimiento emocional de la persona, este tipo de terapias suele ser muy eficaz con los niños y las personas con problemas de autoestima.
– Muchas personas cuando están enfermas o atravesando situaciones difíciles, enfocan sus pensamientos en sus problemas, su dolor, y al estar en contacto con animales es más fácil que varíe el enfoque y puedan dirigir sus pensamientos hacia el gato y el bienestar del animal.
– Las personas con un autoestima muy bajo, mejoran mucho con la terapia asistida con gatos, puesto que estos felinos no emiten juicios y no prestan atención a nuestros defectos, se muestran tal y como son.
En nuestra residencia, la principal labor que desempeñan nuestros residentes en su labor como cuidadores de Sally y Chiva, está en proporcionarles el alimento y el agua de manera diaria. Se preocupan de que todos los días estén esperando su ración diaria, y además, cuando salen al jardín, enseguida están nuestras dos gatitas detrás de ellos, con lo que nuestros residentes se ponen muy contentos de ver que les siguen y que están pendientes de ellos.
Esperemos que esta relación dure por muchos años…
“Acariciar a un animal puede reducir o incluso sustituir la ingestión de medicinas: reduce el estrés y la tensión. Es el mejor relajante tanto para el perro y el gato como para su propietario.” (Ange Condorect, 1947)